TERROR…¡¡¡USTED NO SIRVE…DECÍA MI MADRASTRA!!!

Entre Brumas pero… en el Campo!!!

…Allá por la década de los cincuenta, la suave brisa se conjugaba con el aroma de las flores del campo, no conocíamos los temores. Reinaba la paz, la armonía, mis abuelos y mi madre, en compañía de uno de los hermanos de mi madre, así, transcurrían los amaneceres…en el campo todo era felicidad…las mariposas, los pájaros, el caño, el camino, hasta los gusanitos eran nuestros amigos, conocíamos hasta el último rincón del patio…la dicha reinaba…nos embriagaba el amor…el color y el aroma del campo…

Una mañana fatal empañó el entorno, silenció el canto de quienes nos hicieron grata compañía y oscureció nuestro horizonte….…Un pájaro negro surcaba el firmamento, pájaro de mal agüero, enunciaba el nuevo y aterrador rumbo de nuestras vidas.

Mi hermano, un niño inocente, sin malicia, no captó el ruido que a mis oídos ensordecía, una cosa extraña perturbaba mis sentidos. La angustia invadió mi cuerpo, pero niña al fin, no podía descifrar aquel fenómeno que se apoderaba de nuestra felicidad. Sólo sabía que tenía mucho miedo, un miedo tan grande que sentía que el corazón dejaba de latir, tampoco sentía el piso…quería correr. pero mi hermano continuaba como si nada, quería seguir jugando y yo en cambio sentía un frío aterrador.

En el amplio cielo se divisaba el sereno vuelo del pájaro negro…se deslizaba suavemente, desplazaba sus grandes alas haciendo grandes giros…ejecutaba una extraña composición…de vuelta, piaba. Tal vez, en su piar, anunciaba malos augurios. Jamás hubiésemos imaginado que esa tétrica imagen marcaba un rumbo muy distinto a nuestras vidas. Una vez terminada aquella extraña gala gimnástica en el amplio cielo, emprendió, con toda serenidad su vuelo, empinándose hacia las alturas con arrojo como si se regocijara por haber cumplido cabalmente su misión macabra.

Desde allí, un malvado sentimiento envolvió nuestras vidas y de un sólo tajo clavó sus garras coartando el propio destino, opacando las alegrías…aquella belleza circundante, que para nosotros, era el lugar de los sueños, las ilusiones y fantasías propias de la infancia, donde nada ni nadie nos limitaba. Todo era precioso en los verdes alrededores de una pequeña casita impregnada de amor pleno en su estancia. Fue el vuelo macabro de aquel pájaro negro quien cercenó nuestro derecho a la felicidad.

Esa mañana letal, destrozó el caudal de ilusiones inocentes que motivaba nuestras vidas, transformó lo bello en desdicha. Imprimió una huella tan terrible, que signó por muchos años nuestra destino con un sello desolador…No había consuelo para nuestra desdicha. La soledad, el miedo aterrador, eran las respuestas al porqué de ese funesto y devastador giro en nuestro destino…!

La casita de nuestros sueños…aquella, donde la blanca arena del patio se entremezclaba en nuestros dedos y con las más lindas piedrecitas, mi hermano y yo entretejíamos castillos rodeados de duendesillos, con trajes luminosos brillando alrededor….

Sus palmeras, que hacían música a nuestros oídos y saltábamos alegres al son de sus hojas cuando rosaban con la suave brisa mañanera, con olor a mieles de primavera…éramos dueños de todo cuanto rodeaba a nuestra inocencia…los animalitos del monte se unían en las travesuras infantiles, siempre nos acompañaban en los paseos. Las mariposas esperaban nuestras risas, carcajadas alegres llenas de ilusión, se posaban en mi pelo de niña, desordenado de tanto correr por los campos…nada nos cansaba…sólo queríamos jugar…sólo eso. Tenían que llamarnos para retornar a la bella y cálida casita.

…mi hermano, sin malicia no supo ver el desgarrador hechizo que nos atrapaba desde aquel momento inolvidable. Fue seducido por el amor hacia mi padre, lo que, no le permitió ver el sufrimiento que nos acechaba…con dificultad, rebusco en mi mente para dar sentido a mis ideas, aquello que vivíamos al lado de nuestros abuelos; aquel “paraíso” antes que ocurriese ese nefasto y aterrador revuelo y apenas me encuentro la vaga idea de una muy pequeña y humilde casita, cuyas artesanas paredes mostraban la acción del tiempo, pero que para nosotros fue un nido de amor; la construyeron mi abuelo y uno de mis tíos, con pocos conocimientos sí, pero buena voluntad para darnos un techo, cobijarnos y darnos calor, tal vez el alimento más abundante, pues, carecíamos de otras tantas cosas…pero era tanto el amor, que sentíamos un lleno total, nada nos faltaba, la felicidad era tanta que cubría las carencias de otra índole.

De cerca con ese entorno ya en mi mente, apenas se juntan otras ideas, recuerdo la leña en la cocina, humeante…latente, manteniendo siempre el calor del café, tal vez la leche o algún otro alimento que pudiese haber quedado por allí, al “rescordo” como decía mi abuela, mi hermano, mayor que yo casi tres años, revisaba por allí y siempre encontraba algo para comer, cualquier cosa la compartía conmigo.

Parecíamos gemelos…el uno para el otro en todo. La actividad familiar, generalmente, giraba en torno a la enramada, allí nos daban los alimentos, también veíamos las cartillas con las vocales…yo en una silla alta…apenas quedaron los recuerdos, éramos muy pequeños, con escasos cuatro y siete añitos, mi hermano era el mayor.

Debajo de un árbol, mi tío trabajando de forma sencilla la madera… también,

iba hasta la el pozo a llenar los envases del agua…

…mi hermano y yo lo seguíamos, era para nosotros un paseo gratificante…en oportunidades, acompañábamos a mi tío a cortar la madera para mantener el fuego encendido en el fogón…como la pavesa…

…revisábamos el gallinero, recogiendo los huevos de las gallinas ponedoras…

…era para nosotros como vivir en un paraíso, no conocíamos los problemas, menos que nada las injusticias, mucho menos la maldad…esa maldad desgarradora que destruye las ilusiones y el deseo de vivir…

Disfrutábamos de amplios patios donde correteábamos sin temores, libres como los pájaros…nuestras risas se conjugaban la sinfonía del suave viento, recogíamos piedras de distintas formas, jugábamos con las gallinas, con el perro. Saben, escribiendo, se concatenan los pensamientos… Así, en medio de tanta sencillez todo era felicidad… y hasta imagino el olor del camino…

….aquél, donde quedaron nuestra huellas inocentes, las risas se apagaron, los árboles quedaron sin hojas…se secaron, al igual que mis lágrimas.

Una mañana de agosto, mi hermano corría hacia mí diciendo, ven, ven, nos llama nuestro padre, su emoción saltaba a la vista.

Me tomó de la mano y me llevó hasta una casa vecina, al pasar de la vía, donde estaba nuestro padre. Iba a conocerlo, no tenía conciencia de su rostro, desde muy pequeña no me vio más, por eso, no distinguía su rostro…sólo, sabía lo que mi hermano contaba…corrimos tomados de la mano hasta llegar al sitio.

Al llegar, una señora gorda con cara bonita, al lado de dos niños, uno de ocho y otro de diez años de edad, muy cerca de aquel que mi hermano decía se nuestro padre. Un señor muy alto, de contextura imponente, erguido, nos pedía acercarnos.

Mi hermano feliz, amaba a nuestro padre…yo, para nada, no quería ir. Me sentía aterrada.

Mi hermano me invitaba, me impulsaba hacia donde estaba mi padre. Remolona, no tuve otra opción; mi hermano para mi, era lo máximo. Nada era más importante para mí, que él.

Las lágrimas de mi hermano nunca brotaron, quedaron muy deeeeentro de sí, creo, que para darme fuerzas, porque lloré tanto que, hoy, hago grandes esfuerzos para que broten, pienso que mis lágrimas se acabaron, nada húmedo sentía en mi interior, sólo una desgarradora herida, agobiaba mi alma…todo se acabó; mi hermano fue mi único aliciente. Nos aferramos el uno al otro como la hiedra a la pared.

Nuestra vida se redujo a eso, a dos, nuestro espacio era muy pequeño, envuelto de dudas…interrogantes sin respuesta, las cuales crecieron a la par de nuestra tristeza. Nos envolvía la deseperanza y…hasta el miedo, un miedo aterrador, un túnel sn salida. Y mi hermano allí conmigo, juntos en el vacío. Llegué a sentir frío en el alma, tanto que le pedí a Dios la muerte, peeeero que durmiera para siempre, sin dolor, no quería más dolor, no cabía más dolor en mi cuerpo, en mi mente, en mis desgarradas entrañas.

Aprendí a quererlo como a un hijo, a pesar de ser menor, sabía que sufría mucho pero no lo demostraba, se mantenía silente, inseguro, frágil, aislado, sus ojos reflejaban profunda tristeza. Yo, que tanto lo amé, sabía de sus incertidumbres, de sus angustias; eso me hizo fuerte, dura ante la adversidad y me dediqué a proteger a mi hermano. Que me hicieran daño a mí, pero a él, no, pues yo sabía, sentía su fragilidad. Despertó en lo más profundo de mis sentimientos el rencor, la rabia, el resentimiento…nos fuimos dando cuenta que nos hundíamos en el abismo. De aquella sana libertad que gozábamos, pasamos a ser esclavos de los caprichos de una señora bonita, pero llena de celos y egoísmo…empezamos a ser los hijos de la “otra”. Los feos, brutos y malolientes, No servíamos para nada, esa era la frase que servía de etiqueta para los dos hermanitos. Se acabaron nuestros derechos, se quedaron en el camino, aquella mañana dominical de agosto, en la época de los cincuenta…

Y así, camino a la desdicha nos llevaron rumbo a un precipicio desoxigenado y sin fín…nos quedamos sin alma, creo que empezamos a morir…qué pasó con mi madre, porqué? Aún me lo pregunto…desde allí transcurrió la más triste historia de dos niños, a quienes les cambiaron la alegría por la peor muerte que pueda existir….muerte en la vida…rodeados de riquezas materiales y caprichos de una madrastra que no supo valorar la pureza e inocencia de aquellos que, generalmente, son engendrados por placer…!!!!

Nota: La historia continúa…esto sólo es un ensayo…por tanto, pido disculpas por los errores de redacción y tal vez de ortografía, cometidos…pero lo que sí les aseguro e que aún, no he podido curar tantas heidas…quizás por eso escribo…para depurar mis sentimientos y de una vez por todas…sentir la libertad y poder agradecer a Dios, nuestro Creador, por haberme dado la oportunidad de superarme y olvidar aquella repetida e indolente frase «USTED NO SIRVE» Nos vemos amigos y de verdad, gracias por permitirme este momento de expresión, que tal vez no sea de su interés…Saludos…Los quiero mucho…!!! https://remembranza.wordpress.com